El alfajor santafesino es una receta que ha adquirido estatus de tradición y que representa a la ciudad en todo el país. Aunque ha arraigado en cada hogar y confitería con ligeras variaciones, los ingredientes fundamentales permanecen constantes: galletas de masa tostada rellenas de dulce de leche y cubiertas con glasé de azúcar.
Este ícono gastronómico está intrínsecamente ligado a la historia de la ciudad, específicamente a la época de la Convención Constituyente de 1853. Fue durante este evento que los alfajores santafesinos se hicieron conocidos en todo el país, gracias a los 23 constituyentes que, después de pasar seis meses en Santa Fe, eligieron llevar este postre como recuerdo a sus hogares.
La producción de los clásicos alfajores santafesinos comenzó en 1851 en un establecimiento situado a pocos pasos del Cabildo. Su propietario era Hermenegildo Zuviría, apodado "Merengo". Este apodo dio origen a una marca que perdura hasta hoy y que se encuentra en los comercios que venden alfajores de la ciudad.
Las dos principales marcas de alfajores santafesinos son Merengo y Gayalí.
Merengo se puede encontrar en el Shopping La Ribera, frente a la Plaza 25 de Mayo, en el casco histórico de la ciudad y en la zona del puerto en la cafeteria y fabrica de Merengo
Por otro lado, Gayalí también ofrece sus productos frente a la Plaza 25 de Mayo, además de contar con su casa central en la esquina de San Martín y Hipólito Yrigoyen, en la peatonal.
Además, es posible encontrar estos deliciosos alfajores en la Terminal de Colectivos, en los Aeropuertos (Rosario o Sauce Viejo) y en algunos supermercados, aunque siempre se prefiere comprarlos directamente a los fabricantes para disfrutar de la frescura y calidad que los caracteriza.